Y punto y final. Con esta quinta entrada terminamos la semana homenaje al fabricante de aeronaves más importante hasta la fecha en su “Centenial”. Justo hoy pero 100 años antes se inscribía en el registro la “Pacific Aero Products” y nacía la leyenda (si no has leído la entrada que le dedicamos a Boeing el lunes ya estás tardando mangurrián!).
Su historia nos ha regalado decenas y decenas de aeronaves. Algunas preciosas… otras no tanto. Algunas realmente exitosas… otras una bofetada para las cuentas de la empresa. Pero siempre siempre siempre han sido una empresa que ha arriesgado y ha ido en la vanguardia de la aeronáutica.
Así que para terminar hoy vamos a hablar de los grandes olvidados. De aquellos proyectos que se salían del nicho de negocio de Boeing, que iban demasiado adelantados para su época… o que simplemente ni siquiera llegaron a pasar más allá del diseño en papel. Hoy en la última entrada de este especial: los otros Boeing.
Boeing 929
A pesar de que hay personas que se saben de carrerilla cualquier reversión del Boeing 777, del 747, del 737… no conocen la historia de los barcos de Boeing. Sí, has escuchado bien: barcos. O bueno, si quieres afinamos más y les llamamos “hidroalas”. Y es que la compañía aprovechó su enorme conocimiento en dinámica de fluidos para desarrollar un par de proyectos para la US Navy (la primera que les compró un hidroavión!).
El primero de ellos fue el USS Tucamcari. Tan solo estuvo en operación 4 años tras un accidente que lo dejó prácticamente inutilizable. Aun así, su desarrollo pero supuso la base para el Boeing 929: un hidroala civil con capacidad de hasta 400 personas. Hasta 25 barcos fueron construidos en Renton y gran parte de ellos siguen en activo, aunque su escasa rentabilidad hizo que en los años 80 se vendiera la licencia a Kawasaki (que ensamblaría unos cuantos más) y estos a su vez a una empresa china que tan solo llegaría a construir dos naves.

Un 929 cabalgando la superficie marina (SoHome Jacaranda Lilau)
Boeing 326
Por aquí hemos hablado del 377, la reconversión del Stratocruiser, el primer airliner que tuvo los dos pisos. Pero no fue el primer proyecto que Boeing que incluyese un “double deck”: en 1937 Boeing presentó a la Pan Am el Boeing 326, el heredero del Clipper (de hecho las publicaciones se refirieron a este como “el Clipper del futuro”).
Un precioso hexamotor con rango de 4,500NM para realizar las rutas atlánticas de la Pan Am, aunque esta lo desechó rápidamente puesto que padecía del mismo problema que sufren hoy en día los agónicos A380 y B747: para volar a Europa tendría que llenarlo hasta las trancas para que el vuelo no fuese un pozo sin fondo.
El proyecto desde luego era una pasada:

Maqueta del Boeing 326, la revisión de dos pisos del Clipper (Boeing)
Boeing LRV, el tren de Boeing
Cuando la interminable Guerra de Vietnam terminó, el gobierno americano quiso que sus contratistas nunca perdiesen el ritmo de producción… al cualquier precio. Estas empresas habían invertido mucho en tiempos de guerra y ahora podían verse en una posición de sobredimensionamiento que se las llevase por delante. Por ello el gobierno impulsó la construcción de trenes ligeros para las ciudades de Boston y San Francisco por la friolera cantidad (de la época) de 72 millones de dólares.
Se llegaron a vender un montón de estos trenes pero tras el paso e los años comenzaron a dar muchos problemas (algunos afectando seriamente la seguridad) lo que hizo que su servicio fuese menor de lo esperado: en el 2007 se retiraba el último de los LRV diseñados por Boeing.

Un Boeing LRV en San Francisco (1980).
(Foto: Steve Morgan).
Boeing 733
Como el 2707 ha eclipsado cualquier otro proyecto de avión supersónico americano, poca gente sabe que Boeing ya trabajaba desde hacía años en esa dirección con el Boeing 733.
Este avión implementaba un sistema parecido al que ya conocéis por F-14 o el B-1: el ángulo de la flecha era variable dependiendo de la velocidad del avión. La complejidad del sistema, el coste de producción del mismo y los problemas de sobrecalentamiento que encontraban en el fuselaje (finalmente recubrieron varias partes del avión de titanio) hicieron que el primer proyecto supersónico se fuese a hacer gárgaras en pocos años… hasta que volviera la fiebre por la aviación supersónica subvencionada con dinero público, aka, Boeing 2707.

Boceto del Boeing 733, el primer proyecto supersónico comercial de la compañía.
Boeing 767-X
Todos sabemos que el nacimiento del A330 supuso la aceleración de la jubilación del Boeing 767, el avión que había arrasado en ventas entre los 80 y 90. Si «cruzabas el charco» había enormes posibilidades de que lo hicieses en un 757 o en un 767.
Cuando desde Seattle vieron el percal al que se enfrentaba el 767 reaccionaron con el 767-X: otro proyecto que pasaría a la historia por lo extravagante de su diseño pues se trataba de una especie de «747 inverso«: la parte jorobada iría en el final del avión para acomodar otro piso. Cuando lo vieron los gerifaltes de Boeing se partieron de la risa y le apodaron «El jorobado de Mukilteo» (Mukilteo es un pueblecito al lado de Paine Field donde viven muchos de los empleados de la compañía).

El concepto del Boeing 767X «El jorobado de Mukilteo» (Boeing)
Boeing PA-3
Y dejamos el más «out of the box» de la compañía para el final. El otro día en la entrada sobre Bill Boeing hablábamos del bajón que tuvo Boeing tras la Primera Guerra Mundial… y no fue una excepción tras la SGM. La compañía tuvo que volver a fabricar todo tipo de elementos para subsistir en un periodo de tiempo tras el fin de la guerra y la bajada de demanda de aeronaves por parte del ejército y de ahí surgió otra de las curiosas historias del Boeing: el PA-3, un coche utilitario diseñado específicamente para toda la familia.
No hay bocetos de aquel concept-car que iba a hacer a Boeing meterse de lleno en la industria automovilística pero de buen seguro que habría cambiado la empresa de arriba a abajo.
The End! Hasta aquí el Especial #Boeing100 damas y caballeros. Espero que durante estas cinco entradas hayáis aprendido algo nuevo sobre la empresa más importante en la aeronáutica civil en el poco más de un siglo que llevamos con estas preciosas máquinas voladoras por nuestros cielos. Éxitos y fracasos. De todo tiene la apasionante historia de Boeing.
Ahora solo queda mirar al futuro: ¿De qué aviones podremos hablar en este humilde blog dentro de 100 años? Os espero para el Especial #Boeing200.
Yo añadiría otro, muy interesante y que parece que la gente ha olvidado, ¡el Sonic Cruiser!
Muchas gracias por esta serie de entradas, la información que has proporcionado ha sido MUY interesante.
Muchas gracias Aritz! Un gustazo recibir comentarios así 🙂