¿Por qué ninguna aerolínea americana voló el A340?

Seguimos liquidando el montón de preguntas pendientes que nos habéis hecho llegar al correo. Esta fue formulada hace ya un tiempo por Alberto M. y dice así:

«[…] estuve viviendo tres años en Nueva York desplazado por mi empresa, hasta que me volví el 2016 de nuevo a Bilbao […] prefería volver a casa en el A340-600 de Iberia, el cual no sólo me parece un avión estupendo y bonito con esa forma estilizada, sino que además el servicio de turista es más que decente en comparación con las aerolíneas americanas que tengo más que trilladas o al A330 de Air Europa que parecía mucho más antiguo. Si a eso le unes la configuración de 2-4-2, prefería siempre volver con ellos para sentarme con mi mujer tranquilamente separados en la ventanilla […] al grano: ¿por qué ninguna de las tres grandes aerolíneas americanas vuela el A340 en cualquiera de sus versiones?«

¡Pues la pregunta es más que interesante Alberto! Pero para comenzar y entender por qué nadie vuela el A340 al otro lado del charco hay que ser justos: cuando el A340 comenzó a ver la luz y a ofrecerse a las aerolíneas yankis, en EEUU no sólo había tres grandes aerolíneas sino que por aquel entones todavía retozaban de alegría aerolíneas tan míticas como Pan-Am (difunta en 1991), TWA (comprada por American en 2001), Northwest (comprada por Delta la década pasada), Continental (fusionada con United hace bien poco), US Airways (hará un par de años que la engulló American) o Eastern (que se fue al garete en 1991). Podéis estar bien seguros que Airbus llamó a la puerta de todas y cada una de ellas intentando vender las bondades del Airbus A340.

Y la cuestión es que sí: Airbus realmente sí que vendió A340s a aerolíneas americanas. En 1987 Northwest hizo un pedido en firme por 20 A340s y opción de 10 A330s. En 1989 Continental lanzó un pedido por una mezcla de hasta 40 A340s y A330s.

Simulación de cómo hubiese pintado un A340 de Northwest

Y entonces llegó la crisis de los 90

Cuando la primera guerra del Golfo estalló en 1990 tras la invasión de Kuwait por parte de la Irak de Sadam Hussein el precio del combustible estalló… y con ello varias aerolíneas. Pero esto es otra historia que algún día contaremos por el blog. La cuestión es que en 1991 la Continental de Frank Lorenzo (PERSONAJAZO de la aviación comercial) se fue al garete, declaró la quiebra y con ello se esfumaron los pedidos de A330/A340 que tenía la compañía.

Algo parecido sucedió con Northwest, la otra aerolínea que había encargado A340. La verdad es que Northwest ya estaba chunga antes de la subida del precio del crudo, pero la Guerra del Golfo fue su puntilla. En 1993 Northwest tuvo que llegar a un acuerdo con sus sindicatos de tripulaciones y personal de tierra a la desesperada si no quería declarar bancarrota. Tras salvarse in-extremis la aerolínea se vendió parte de su flota, acordó código compartido con KLM (que había invertido en ellos) para operar vuelos de largo radio y… dijo adiós para siempre al A340.

¿Hubiésemos visto A340s en EEUU si no hubiese sido por la crisis de los 90? Bien seguro que sí, al menos con los colores de Continental y United. Pero la realidad es que cuando el mercado se reordenó y las aerolíneas estuvieron en condiciones de volver a comprar… el Boeing 777 ya estaba ahí, no era un proyecto sino un avión que ya estaba volando en varias aerolíneas y se estaba mostrando fiable en el largo radio.

Y así hubiese lucido un A340-300 de Continental de haberse hecho realidad.

Dos y tres motores frente a un avión de 4 motores. 

Cuando dos o más aviones cumplen tus especificaciones lo que uno busca es que operar el avión sea lo más barato posible. Como podéis imaginar no es lo mismo «dar de comer» a dos o tres motores frente a un cuatrimotor. Tampoco lo es pasar por mantenimiento 2 que 4 motores. En ese momento Boeing y Airbus difirieron de la estrategia. Mientras Boeing apostaba por los bimotores «ETOPS», (normativa que se había estandarizado a mediados de los 80) con su 777-200 (regional) y su 777-200ER (intercontinental), Airbus erró el tiro escuchando a clientes que insistían en que los vuelos de largo radio seguirían siendo con cuatrimotores (entre ellos tres de los «países Airbus«, Lufthansa, Air France e Iberia). Mientras unos se enfrascaban en dos aviones (A330/A340) limitando el primero para que no se solapase con el segundo, Boeing apostaba por un avión que a la postre resultó ser superior al A340-200 (del que tan solo se produjeron 28 unidades) y prácticamente idéntico al A340-300 en capacidades pero con dos motores menos con todo lo que eso conyeva.

Y poco más, lo demás es historia. Más tarde Airbus daría luz al A340-500 cuyas ventas fueron pírricas y al (probablemente) avión más bonito de su historia, el A340-600… aunque el 777 siempre fue la china en el zapato del modelo y en 2011 tras la llegada de los 787 y A350, Airbus se vio forzada a cesar su producción. Así que esos pedidos de Continental y Northwest se quedaron para la historia: «la historia de lo que pudo haber sido» y no, nunca veremos un A340 bajo los colores de una gran aerolínea comercial americana. 

KLM y su Boeing 777 OrangePride: la imagen si importa

Ayer medio mundo aerotrastornado «se aerotrastornaba» poco más (el desaerotrastornador que lo desaerotrastorne buen desaerotrastornador será…) con las imágenes del nuevo Boeing 777 de KLM llamado OrangePride ya que está pintado mitad naranja y mitad azul en honor a la casa Orange. Si no sabes de lo que estoy hablando disfruta:

orangepride

Foto de Menno Mennes para KLM

 

Todo comenzó el año pasado cuando KLM preguntó en Twitter si debía pintar de naranja, el color nacional, uno de sus aviones para conmemorar ese «día del rey» y lo que se pretendía una idea descabellada y promocional de KLM se ha convertido en realidad a lomos de un 777-300ER: mitad naranja-mitad azul. Además como vaticinaban una buena acogida por parte del cliente van a ponerlo a volar a uno de los destinos más movidos de este verano: Rio de Janeiro. Y para más INRI traerá de vuelta a todos los medallistas olímpicos neerlandeses que consigan oro en las olimpiadas… ¿A alguien se le ocurre una mejor promoción?

La pena es que ya han dicho que este avión va a ser el único que luzca tan gloriosos colores. Tal y como indican en su web, para parir al bicho han necesitado 335 litros de pintura y también llama la atención el detalle de suprimir una de sus dos lineas azules por una roja para tener la bandera de Holanda a lo largo del avión:

KLM 777 naranja

El detalle de la bandera en la panza del Boeing 777 #OrangePride (KLM)

Esto me recuerda lo sosas que suelen ser las libreas en general. ¿Acaso no se dan cuenta el personal de Marketing que pintar un avión es una de las mejores campañas de publicidad que se pueden hacer? OK, sé que pintar un avión es una suma de dinero considerable, pero el impacto mediático que está teniendo este Boeing 777 de KLM ha trascendido el pequeño mundo aerotrastornado para ser una noticia comentada en medios generalistas. Sin duda alguna una buena jugada de KLM.

Bonus Track: KLM ha sacado un vídeo en Youtube para que podamos ver en acción al #orangepride. Enjoy!!

 

El vuelo más largo del mundo… de nuevo

Al hilo de la última entrada que publicamos en este bendigo blog sobre los vuelos más largos del mundo y siguiendo con la noticia de que Emirates iba a plantarse con un 777 en Ciudad de Panamá desde Dubai… poco le ha durado la alegría a los buenos emiratíes.

Y es que según las noticias que vamos conociendo los últimos días, Air India va a sumarse a esta fiesta de vuelos eternos y podría anunciar próximamente un vuelo sin escalas desde Bangalore a San Francisco, más de 16,000km del tirón, ahí, ¡¡a cascoporro!!

16.000km sin piedad!

16.000km sin piedad!

La razón de este vuelo es clara: unir dos de las capitales mundiales de las tecnologías de la información, Bangalore por un lado y Silicon Valley por otro. De esta manera nos cargamos de un plumazo ya no solo el megavuelo en A380 de Qantas entre Dallas y Sydney que comentamos por aquí en Julio, sino también el de Emirates que lo hará con un 777-200LR «Wordliner«.

Air India lo hará con otro 777-200LR el avión que Boeing diseñó para cubrir este tipo de rutas y que parece que el mercado no respaldó realmente. ¿Alguien se acuerda de cuando Boeing fue foco internacional hace 10 años cuando puso uno de sus «200LR» en LHR desde Hong Kong? ¡¡Volando hacia el Este!! 11,600 millas del ala, más de 20 horas en el aire. Boeing se las prometía muy felices pero  la verdad es que los vuelos ultra-largos no na dado para tanto como pensaban desde Chicago: a día de hoy se han entregado 59 777-200LR y no han órdenes pendientes

Y es que volar siempre de puerta a puerta cuando hablamos de vuelos tan largos no es que sea la opción más deseada por gran parte de los viajeros; ¿a qué se debe el tremendo éxito de las aerolíneas del Golfo Pérsico? Gran parte de los pasajeros prefieren hacer una escala y ahorrarse un dinero… además de no estar metidos en un avión tantas horas.

Veremos cómo funciona este vuelo y ya sabéis: 18 horas metidos en un hierro… ¡¡qué gozada!!

No, el 777 no voló a velocidades supersónicas

Flickr Robert Karma

Flickr Robert Karma

La semana pasada una noticia «revolucionó» el patio de Twitter, redes sociales y blogs (algunos de ellos leídos por miles de personas, pero no puedo poner enlaces): un 777 de British Airways había alcanzado velocidades supersónicas al volar desde Nueva York a Londres en apenas 5 horas y 15 minutos… ¿pero de verdad voló a velocidades dignas del Concorde rompiendo la velocidad del sonido? La respuesta es sencilla: el único vuelo supersónico que vas a poder disfrutar hoy en día es el que puedes imaginar yendo a un museo a ver el difunto Concorde.

Y para explicarlo de forma sencilla hay que poner sobre la mesa dos términos de lo más común en aviación: la Ground Speed (velocidad respecto al suelo) y la True Air Speed (Velocidad Verdadera). La primera es la velocidad que experimenta el avión respecto al terreno. La segunda es la velocidad que está experimentando el avión respecto a la masa de aire que lo envuelve. ¿Por qué se usan velocidades distintas? Porque el aire es un elemento dinámico, vientos y más vientos sobre los que cabalgan cada día miles de aeronaves.

Imaginad que vais montados en una cinta transportadora de las que suelen haber en estaciones de tren, metro, aeropuertos… para que vayamos más rápido por la terminal. Ahora te pones a caminar sobre la cinta para adelantar a esa pareja de pensionistas alemanes achicharrados por el sol que van en busca de su avión tras unas vacaciones en la costa y que ¡oh, sopresa! ocupan todo el ancho de la cinta y no te dejan avanzar más rápido hacia tu puerta de embarque. Tras decirles en voz alta un educado pero firme «Perdón» te pones en movimiento de nuevo sobre la cinta. Pues bien, la velocidad sobre la que te mueves sobre la cinta es tu TAS, tu velocidad verdadera, la que tu experimentas. ¿Pero qué velocidad estás teniendo respecto al resto de pasajeros que están fuera de la cinta caminando por la terminal? Obviamente vas más rápido porque a tus pasos hay que sumarle la velocidad de la cinta ¿cierto? Pues esa es tu Ground Speed, esa es la velocidad que estás experimentando sobre el terreno. La regla es de lo más sencillo ¿eh?: GS=TAS+Velocidad de la cinta transportadora.

Pues ya tienes la solución a la noticia de los vuelos de British que han llegado en algo más de cinco horas desde el JFK a Heathrow: el avión simplemente iba montando en una ENORME corriente de chorro. El avión volaba tranquilamente a su velocidad crucero usual mientras que la corriente de chorro hizo el resto, aumentando enormemente su velocidad sobre el terreno (su Ground Speed). Aunque el avión haya logrado llegar en cinco horas y poco, el avión jamás llegó a alcanzar ni por asomo las velocidades del Concorde.

Así que no, desgraciadamente todavía no has roto la velocidad del sonido… y desgraciadamente como os comentaba al principio, el Concorde pasó a la historia hace ya muchos años.